Me sorprendió su tamaño, pues pensaba que era más pequeño..
Sin duda, el centro espiritual era el templo del Zeus Olímpico, hoy totalmente destruido pero con unos restos que dan idea de la grandeza que tuvo.
A destacar el estadio olímpico en que cabían miles de espectadores.
Me dí el gustazo de recorrerlo completamente a paso senderista. Casi me parecía escuchar el clamor de la muchedumbre animándome en mi marcha...Es que uno tiene mucha imaginación..
El Ninfeo... dedicado a las ninfas de las aguas..
Templo de Hera...
Filipeo...
Y finalmente el lugar en el que cada cuatro años se enciende la antorcha olímpica atravesando los rayos de sol una lente de cristal...
En el Museo Arqueológico, pudimos disfrutar de la contemplación de obras de arte vistas muchas veces en los libros y enciclopedias..
Hermes con el niño Dionisios.. de Praxíteles...
Las magníficas metopas del templo de Zeus..
Y por supuesto, multitud de objetos artísticos fruto de las donaciones hechas al santuario...
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